no me gusta parar...

Manejar es una actividad que disfruto mucho, a veces es un buen tiempo para pensar o para observar cosas interesantes, que son cotidianas pero en las que no siempre reparo.

Ayer descubrí algo, no sé si a muchos les pasa, pero a mí no me gusta ir a la gasolinera, me encanta la sorpresa de subir al carro y descubrir que alguien hecho gasolina por mí, ese es un favor al que le tengo mucho aprecio.

Ayer, pensar en esto fue distinto, tengo que reconocer que debo prestar más atención a este disgusto por parar en la gasolinera. Parar puede hacer la diferencia entre llegar a mi destino y no hacerlo. No me gusta detenerme en la gasolinera, pero me gustaría menos quedarme sin gasolina.

A veces necesito parar, hacer una pausa y conseguir combustible, tengo prisa y quiero llegar pronto, estoy emocionada y quiero lograr mi meta, pero a veces es necesario parar y conseguir combustible. Necesito pensar más en lo que pasaría si no me detengo, la tensión, el cansancio, la pérdida de impulso y por supuesto no lograr lo que busco.

Después de esto, una pausa en el camino no me suenta tan mal y menos si esa pausa consigue que tenga más energía y fuerza para seguir adelante.

"Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso."

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